Musée national Picasso-Paris
© Sucesión Picasso, VEGAP, Madrid, 2023
El cuadro Naturaleza muerta con silla de rejilla (1912), del que Picasso no quiso desprenderse nunca, pertenece a la etapa en la que, junto a Braque, se encontraba explorando las posibilidades del cubismo analítico. En la pieza se observa esta transición desde la representación metafórica de la realidad, lograda mediante la imitación a través del pincel, hacia la introducción directa del propio objeto.
Además, el espacio es definido a través de múltiples puntos de vista que comportan la fragmentación de los objetos, tal y como se puede observar en otras piezas como Naturaleza muerta con botella de licor (1909) y Ma Jolie (1911-1912).
Una de las características más notables de esta obra es la introducción de un fragmento de tela encerada que imita la rejilla de una silla. La tela encerada que introduce un juego de percepciones es una especie de juego que desafía las expectativas convencionales de lo que debería ser un cuadro.
Los objetos cotidianos -una pipa, una copa, un cuchillo o un limón- son representados fragmentados en una composición desconcertante pero que logra reproducir su esencia. Además, en esta pieza se incluyen signos tipográficos creando un juego de equívocos con “JOU” que puede referirse a "journal” (periódico) o a "jouer” (juego).
La paleta de tonos marrones y grises es también característico del cubismo analítico. Esta elección cromática enfatiza aún más la descomposición y el ensamblaje de las formas y permite explorar nuevas dimensiones visuales.
Fuentes:
Musée national-Picasso París https://www.museepicassoparis.fr/fr/nature-morte-la-chaise-cannee