Obra de la semana: El Acróbata (1930)

Pablo Picasso, "El acróbata", 1930,
Pablo Picasso, "El acróbata", 1930,
Óleo sobre lienzo, 162 x 130 cm
Musée national Picasso-Paris
© Sucesión Picasso, VEGAP, Madrid, 2023

El interés de Picasso por los acróbatas se acentuó durante una visita al Circo Médrano de París en los años veinte, que lo inspiró a crear una serie de pinturas centradas en este tipo de artistas. Sin embargo, para comprender plenamente la importancia de El Acróbata (1930), es necesario mencionar su época rosa (1904-1907). Durante este período, Picasso exploró temas relacionados con la vida bohemia, los artistas de circo y los personajes marginales de la sociedad. Algunas de las piezas que realizó durante este periodo incluyen La Acróbata de la bola (1905), Dos acróbatas con perro (1905) y Familia de Saltimbanquis (1905). La paleta de colores contempla tonos más suaves y cálidos, como los rosas y los pasteles, de ahí el nombre que se le dio a esta época.

Más adelante, a finales de los años veinte, Picasso vuelve a fijarse en el circo y los acróbatas, tras acompañar a su hijo Paulo al Circo Médrano. De este renovado interés surgieron una serie de pinturas entre 1929 y 1930 entre las que se encuentra El Acróbata (1930).

El personaje presenta un cuerpo de anatomía desfigurada que evoca la esencia de su profesión. El acróbata ocupa un espacio recortado a su medida donde se contorsiona mostrando su control corporal evocando, con la estrecha composición, las figuras planas de los antiguos juegos de cartas.

La obra refleja la fascinación de Picasso por la maleabilidad de la forma humana y su poder de metamorfosis. A través de esta pintura el artista captura la "surrealidad" de la figura, esa profunda semejanza más allá de las formas y los colores en que se presentan las cosas.

Fuentes:

Musée national-Picasso París: https://www.museepicassoparis.fr/fr/lacrobate