La muestra que cierra el programa internacional de exposiciones destinado a conmemorar el 50º aniversario del fallecimiento de Picasso podrá visitarse desde el próximo día 15 en el Museo Reina Sofía, la ha comisariado Eugenio Carmona y será una de las más interesantes entre las dedicadas este 2023 al malagueño por revisar su andadura en los años tempranos y proponer la tesis, renovadora, de que Las señoritas de Avignon no solo fue el punto de partida del cubismo, sino también el punto de llegada de un proceso que podemos considerar germinado en el año clave de 1906, en dos escenarios y tres fases: París, la localidad ilerdense de Gósol y, de nuevo, París.
Hasta el momento, aunque Pierre Daix había apuntado su relevancia, esa etapa se había considerado fundamentalmente como un epílogo de su periodo rosa o como un antecedente del citado cubismo, pero esta exhibición la examina, por primera vez, como una época especialmente significativa en la constante evolución de Picasso y en su renovación del lenguaje pictórico; Carmona formula que fue entonces, y no en el alabado año de 1907, cuando efectuó sus primeras aportaciones a la noción plena de arte moderno, fructificando sus anteriores transformaciones del tratamiento académico del desnudo para hacer del cuerpo un espacio de experimentación, abierto incluso a la fluidez en los géneros, y también aunando, desde una perspectiva que el comisario entiende híbrida y transcultural, su legado de vivencias y referencias culturales andaluz y catalán con las vanguardias que conoció en París y con la influencia, poderosa y fresca, de coleccionistas llegadas de América, como Gertrude Stein, con quien comparte rostro en alguno de sus retratos.
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