© Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2023
© Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Fueron amigos durante más de cincuenta años y ambos eligieron Barcelona para dejar una parte importante de su legado, por eso la exposición Miró-Picasso parece de lo más oportuna en el año en el que se conmemora el cincuenta aniversario del fallecimiento del pintor malagueño, efeméride que coincide con el cuarenta aniversario de la muerte del catalán.
La Fundació Joan Miró y el Museu Picasso de Barcelona organizan y producen una muestra conjunta y que podrá verse en ambos recintos hasta el 25 de febrero que es de gran relevancia para la historia del arte español al juntar y comparar por primera vez la obra de dos de nuestros artistas más representativos. Miró-Picasso, que cuenta con el patrocinio de la Fundación BBVA, sigue los principales momentos en los que sus vidas se cruzaron y explora sus afinidades artísticas.
La proximidad a los círculos surrealistas, el compromiso político durante la Guerra civil española o los años oscuros de la II Guerra Mundial son momentos destacados, mientras que el interés compartido por la poesía y la escritura, el descubrimiento de la cerámica como nueva forma de expresión o la intervención en el espacio arquitectónico y público son caminos que ambos recorrieron. A pesar de las diferencias, tanto Joan Miró como Pablo Ruiz Picasso compartieron el anhelo de ir más allá de las convenciones artísticas y explorar los límites de la pintura y es todo esto lo que podrá ver el público que acuda a la sede de la Fundación Miró para disfrutar de una exposición que reúne más de 250 obras –76 de ellas o se han visto muy poco en Barcelona o nunca han viajado a la Ciudad Condal– y documentos de ambos genios.
La exposición muestra su vínculo con Barcelona, que se tradujo en el legado que dejaron en forma de museos monográficos. El estreno del ballet Parade de los Ballets Rusos de Diaghilev en el Gran Teatre del Liceu el 10 de noviembre de 1917, con vestuario, telón y escenografía de Picasso, marca el punto de partida de esta relación de amistad y admiración y también el de esta exposición.
A partir de aquí, y dividida en siete a grandes bloques temáticos y cronológicos –El encuentro, El París del surrealismo, Pintura y escritura, Años de guerra, Del asesinato de la pintura a la cerámica, El estilo Picasso, el lenguaje Miró, y Miró homenajea a Picasso–, la muestra traza un recorrido a través del largo camino compartido de los dos creadores hasta el final de sus vidas y trayectorias artísticas, que fueron muy prolíficas para ambos.
La exposición, comisariada por Teresa Montaner y Sònia Villegas de la Fundació Joan Miró, y Margarida Cortadella y Elena Llorens del Museu Picasso de Barcelona, incluye obras que los dos artistas presentaron en exposiciones colectivas en las que coincidieron, así como otras piezas fundamentales que tuvieron un impacto decisivo en sus respectivas trayectorias. Asimismo, tendrán un lugar destacado los materiales documentales, que son testigos excepcionales de la amistad, los puntos y momentos de coincidencia y los proyectos compartidos: desde revistas especializadas de prestigio donde publicaron hasta la correspondencia que mantuvieron, pasando por fotografías en las que aparecen juntos