La publicación lanza un monográfico con el reto de aportar nuevas perspectivas sobre un artista inabarcable del que se ha escrito casi todo.
Caballero Bonald, en una de sus muchas muestras de lucidez, se preguntó: «¿Quién puede ser tan petulante para pretender aportar la última palabra sobre Picasso?» Porque será el artista más celebrado de todos los tiempos, el que más ha producido y el que más análisis ha generado, pero siempre queda algo que decir sobre él. La revista 'Litoral' asume el reto de escribir la penúltima palabra -nunca la definitiva- con un número monográfico del pintor malagueño. 'Picasso de nunca acabar' reúne las reflexiones de escritores como Antonio Jiménez Millán, de críticos como Juan Manuel Bonet y de expertos en el artista como Rafael Inglada con una cuidada selección gráfica.
«Picasso fue un hombre que no tuvo límites y por tanto no tendrá nunca final», defiende en su editorial Lorenzo Saval, el capitán al mando de 'Litoral'. El título de esta edición, como explica el editor Antonio Lafarque, «es un elogio que esconde una pequeña carga de profundidad». Y lo explica: «Tantísimo se ha escrito, expuesto, grabado y dicho del artista que el esfuerzo por aportar algún descubrimiento resulta (casi) baldío». Sabedores de esa realidad y desde la «humildad», la revista malagueña hace una aproximación al genio desde diferentes flancos retratando al Picasso desclasado (Pedro G. Romero), al combativo y español (Miguel Cabañas Bravo), al contracultural (Fran G. Matute), al escritor (Jiménez Millán), al que encontró en la tauromaquia un elemento de identidad (Carlos Ferrer Barrera) y hasta al que quiso hacer cine (Luis E. Parés), entre muchos otros 'picassos'.
Esta edición, que cuenta con la ayuda del Ministerio de Cultura y del Ayuntamiento, invita además a seis autores malagueños de diferentes generaciones a aportar su mirada sobre una obra de su paisano. Ahí están desde el relato de la joven Cristina Angélica a partir de 'Desnudo con las piernas cruzadas' hasta el recuerdo de Inglada de la última pincelada de Picasso en 'Mujer desnuda acostada y cabeza', pasando por el libreto teatral que esboza Ángelo Néstore con 'Mujer flor'. A continuación, se suceden los poemas y textos que han hecho referencia al artista a lo largo de los años, como 'Suelo primero del parque' de Manuel Alcántara o 'Balada de Les demoiselles d'Avignon' de Rafael Alberti. Todo salpicado de ilustraciones y óleos dedicados al pintor de firmas como Jean Michel Basquiat, Fernando Botero, Eugenio Chicano, Salvador Dalí, Equipo Crónica, Yukimasa Ida, Amadeo Modigliani y Yan Pei-Ming, entre tantos otros.
Una relación histórica
Fue José Guirao, ex ministro de Cultura y comisionado para el cincuenta aniversario de la muerte de Picasso, quien antes de su fallecimiento animó a 'Litoral' a abordar este desafío. Una revista dedicada al arte en el más amplio sentido de la palabra y de su tierra tenía que sumarse a la celebración. Porque, además, entre ambos existe una estrecha relación. Como recuerda Saval, el primer encuentro de Picasso con 'Litoral' fue en los años veinte del siglo pasado en aquel histórico homenaje a Luis de Góngora que lanzó la publicación. A finales de los años sesenta aparece el primer número dedicado íntegramente a Picasso. «El pintor nos recompensó más tarde haciéndonos llegar de la mano de Rafael Alberti una serie de dibujos y dedicatorias que han sido, en algunos momentos, una bandera al viento en la trayectoria de la revista», recuerda Saval. Después vendrían más números especiales, como el que le felicitaba por su 90 cumpleaños y el que conmemoraba el centenario de su nacimiento.
Este último monográfico intenta dar un paso más y no esquiva la polémica que también rodea a Picasso, la necesaria revisión (que no cancelación) de su figura y la 'picassización' de todo lo imaginable. En este sentido, resulta muy interesante la reflexión que la historiadora Eugenia Tenenbaum deja en su artículo '¿Qué podemos aprender de Picasso': «Lo que podemos aprender de Picasso es que es justo aquello que no decimos, justo aquello sobre lo que no hablamos, justo aquello que no reconocemos, lo más interesante y novedoso que tiene para ofrecernos. Todo lo demás es repetición, circunvalación y permisividad».
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