© Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid 2022
La obra Retrato de Daniel-Henry Kahnweiler fue completada por el autor Pablo Picasso en 1910. Se trata de una pintura de óleo sobre lienzo que se engloba dentro del estilo del cubismo analítico. Actualmente, se encuentra en el Instituto de Arte de Chicago.
La obra representa a Daniel-Henry Kahnweiler, merchante de arte, escritor y editor, amigo de Pablo Picasso. Dos veinteañeros que se encuentran en París, donde Kahnweiler abre su primera galería y que comenzará a representar a Picasso en 1908. Una relación profesional que devino en una relación de profunda complicidad con los artífices del primer cubismo, a quienes dotó de un espacio material para exponer en su “pequeña galería” pero sobre todo de un espacio conceptual, a través de sus escritos, siendo uno de los artífices de los discursos y narrativas de la nueva vanguardia. Su libro El camino hacia el cubismo (1920) dotó de un marco teórico de referencia a la experimentación cubista iniciada por George Braque y Pablo Picasso, cuya difusión amplió con su importante labor como galerista y editor.
El retrato cubista de este "hombre de las artes" destaca por el uso del color marrón, gris, negro y blanco. Percibimos la aguda mirada del marchante sobre la descomposición y recombinación de las formas. Algunas, reconocibles, sirven de referencia: una onda de pelo, el nudo de la corbata o la cadena de un reloj. La mezcla de superficies brillantes con otras semitransparentes aporta varios puntos de vista que se entremezclan en la atmósfera general de la obra.
El resultado final es una nueva lectura sobre un género tradicional en una pose arquetípica, sentado con las manos en el regazo, para la que Kahnweiler posó hasta treinta veces.