© Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid 2022
La escultura Cabeza de Toro fue creada por el artista Pablo Picasso en la primavera de 1942 en su taller de la Rue des Grands-Augustins. Se trata de una escultura hecha a partir de objetos cotidianos: la unión de un manillar y un sillín de bicicleta.
La genialidad de esta escultura consiste en unir dos objetos sin que ninguno de los dos pierda su forma inicial, produciendo un tercero alejado de su función original. Un ejercicio de incertidumbre en la representación que permitía al artista posicionarse frente a la imposición de la pintura como simple imitación de la realidad.
A pesar de emplear un recurso similar a los ready-made de Duchamp, se trata, para Eduard Vallés, de propuestas conceptualmente distintas: Picasso produce un objeto de gran fuerza figurativa por la recontextualización de distintos objetos que son perfectamente reconocibles, incluso en la reproducción en bronce. Como en los collages o en otras esculturas con material de desecho, son piezas que muestran el extraordinario conocimiento del artista de la naturaleza de los objetos.
La obra original, con los objetos de cuero y metal ensamblados, se puede encontrar en el Museé National Picasso-París. Se realizaron dos copias en bronce y una de ellas pertenece a Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte, actualmente en préstamo en el Museo Picasso de Málaga.
Esta se trata de una de las obras escultóricas más importantes del artista. A través de su particular ingenio nos traslada a otra realidad que, en este caso, relacionada con una cabeza de toro. Bien es sabido que la tauromaquia es uno de los temas favoritos de Pablo Picasso.