Bibliografía: Picasso de Mercedes Guillén

Picasso con Mercedes Guillén en 1969
Picasso con Mercedes Guillén en 1969
Foto: Jacqueline Picasso
© Sucession Picasso, VEGAP, Madrid, 2023

Mercedes Compaposada Guillén fue montadora de películas, representante de arte, escritora y militante anarquista. Era hija de familia obrera, en la que su padre, José Guillén, era militante de la Unión General de Trabajadores (UGT). De él aprendió la importancia de la educación para lograr un cambio en la sociedad. La escritora asistió a la escuela graduada, estudió idiomas y se matriculó en los cursos de derecho. Se afilió al sindicato de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) y dio clases en locales sindicales. Fue en ese momento cuando se percató de la desigual valoración a la que se era objeto siendo hombre o mujer.  

Ante esta realidad, tal como lo explica Ignacio Soriano Jiménez, en la biografía que publica en la Real Academia de Historia, ella “formó junto a Lucía Sánchez Saornil y a Amparo Poch y Gascón parte del núcleo madrileño Mujeres Libres, creado con la finalidad de luchar por la liberación de la triple esclavitud de la mujer: de la ignorancia, de hembra (principalmente el hogar) y de productora, concediendo en ello una importancia central a la cultura”. La revista Mujeres Libres era editada por mujeres del poderoso movimiento libertario, que buscaban, a través de la formación, la reflexión y la denuncia, dotar a las mujeres de una voz específica en la lucha global por la igualdad y la libertad de los seres humanos.  

Durante los difíciles años del exilio iniciado en 1939, Mercedes Guillén no logró esquivar el encarcelamiento durante un par de meses. Luego, tras la Segunda Guerra Mundial, se dedicó a la traducción al francés de algunos clásicos españoles, tales como Arcipreste de Hita, Lope de Vega, Miguel Hernández. Sumado a esto, ejerció como secretaria de Pablo Picasso, siendo su encuentro con el pintor malagueño un acontecimiento que marcó su vida e inauguró una amistad que duró décadas. 

Es en ese tiempo, cuando la escritora puede conocer en mayor profundidad al artista y escribe el libro titulado Picasso, el cual tuvo su primera edición en 1973 con la Editorial Alfaguara. Estas memorias que escribió sobre su cotidianeidad con Picasso no pretenden hacer una crítica de su obra, así lo refleja en sus propias palabras: “Ese trabajo corresponde a profesionales, a técnicos en arte. Lo que quisiera es sugerir, a través de mis observaciones, por insignificantes que sean, un Picasso más verdadero que el que se conoce superficialmente, un Picasso sin disfraces grotescos que no corresponden a la realidad, sin ese circo que con frecuencia se monta en torno suyo” (Guillén,1975).  

En sintonía y a los ojos de la autora, parte del sentimiento colectivo español que genera la obra de Picasso, lo refleja en el siguiente fragmento de su libro publicado en: Picasso en Madrid: colección Jacqueline Picasso:  

“…A los españoles nos parece falso, nos suena a falsete, a buscado y rebuscado lo que algunos intentan hacer o hacen con los mismos elementos que ha empleado Picasso, porque no les ha movido más que una necesidad formal. En la obra de Picasso; ese ahondar es uno de los hechos más saludables y más vitales de su arte. 

Para nosotros los españoles ésta es una de las razones más convincentes, la que nos hace llegar intuitivamente a su arte, por emoción, por ese calar hasta la esencialidad de cada cosa. Sin rodeos. Como esa verdad del toreo cuando se acerca al toro, la verdad que encuentra en cada instante el pase necesario, que lo inventa según sea el toro, según responda el toro. Así uno y otro pase, infinitos pases, infinita, improvisada variedad de pases que se van sucediendo, que van surgiendo. Acercarse al toro, requiere clarividencia, un dominio de sí mismo ante el peligro, en ese juego de inteligencia, de pasión y conocimiento -la pasión no quita conocimiento- de vida y muerte, a vida o muerte. Acercarse al toro, lidiar el toro, dominar al toro, matar el toro es lo que hace Picasso en sus cuadros, en un juego limpio, jamás un chafarrinón, siempre alerta, con una conciencia clara en su trabajo, como el torero en su faena, con el entendimiento en esa faena suya de pincelada, de arte ...” (Guillén, 1975, como se citó en Torrente Larrosa 1986). 

Referencias:  

  • Guillén, Mercedes. Picasso. Madrid. Siglo XXI de España Editores, 1975.  

  • Soriano Jiménez, Ignacio C. Mercedes Compaposada Guillén. Real Academia de la Historia. Diccionario Biográfico electrónico (en red: https://dbe.rah.es/biografias/56451/mercedes-comaposada-guillen) 

  • Torrente Larrosa, Aurelio. Picasso en Madrid: colección Jacqueline Picasso. Ministerio de Cultura y Deporte, 1986. 

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