El museo cierra la programación del 50 aniversario de la muerte del artista con una muestra en el Reina Sofía de una etapa clave en su vida y su obra.
Si metiéramos en una batidora al Greco, Ingres, Corot, Cézanne, Gauguin...; el arte primitivo, egipcio, griego, etrusco, mesopotámico, íbero, románico catalán, polinesio, negro...; Gertrude Stein, Fernande Oliver, Josep Fontdevila... saldría alguna de las obras realizadas por Picasso en 1906. Hasta ahora se atribuía a Gósol, la localidad del Pirineo leridano adonde el artista acudió con su entonces musa-amante Fernande Olivier a finales de mayo de 1906, ser el ‘laboratorio’ de experimentación donde creó un nuevo lenguaje que abrió las puertas del arte moderno. La pareja regresó repentinamente a París (al Bateau Lavoir, en el bohemio Montmartre) a mediados de agosto, debido a un brote de fiebres tifoideas.
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